Hace meses que tengo esto bastante aislado de mi rutina. Mucha inspiración, en momentos inapropiados.
Ax me abraza, y se deja abrazar. Y estas paredes anaranjadas cada vez dicen cosas más raras.
Cada noche duermo con la misma persona con la que sueño, que es la misma a la que beso al despertar, y la que me besa al llegar. Qué suerte buena la mía. Y la suya, por querer a alguien que la quiere tantísimo como ella quiere a su alguien.
Un Madrid diferente. Unas gentes diferentes. Un amor diferente. Una vida distinta.
Se acabaron los llantos nocturnos. El estar sola, el echarte de menos. La vida me dio un giro de 180 grados, y ahora me encuentro mirando a otra dirección.
Y yo solo tengo un grito de amor. Y un beso cada mañana :)
