..el veneno es la luz.. y la sombra mi caché..

..el veneno es la luz.. y la sombra mi caché..
..siempre quisiste tocar el cielo con la punta de los dedos sin que el sol te quemara las alas..

martes, 23 de marzo de 2010

Día 23

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Stessa*: Toma, de mi café.
Camarera: Lo tuyo está pagao ya.
Stessa*: O.O ¿Qué?
T. Social: Toma, del mío.
Camarera: No, que está pagao lo de las dos.
Stessa*: ....
T. Social: Pero.. ¿y eso?
Camarera: El residente. Dijo: "Yo pago el café de las dos, bata blanca, y bata verde".
T. Social: Ains..
Stessa*: =) :$
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martes, 16 de marzo de 2010

Generación espontánea


No es normal. El martes de la semana pasada (quizás el miércoles.. cuando mi depresión me lo medio-permitió) recogí la habitación. Tiré a la basura (bueno, arrinconé en el rincón de la papelera) papelajos y deshechos. Puse las mantas en el suelo en un rinconcillo, esperando a ser lavadas un día de estos. Recogí sus tres calcetines de debajo de la cama. Puse en su sitio cosas que había en el suelo. Hice la cama (o a menos, puse el edredón sobre ella). Y tiré una por una todas las millones de latas de coacolita que había en el rincón junto a la ventana.

No puede ser, no, que una semana después.. me quedase quieta, durante unos segundos, con la vista fija en un punto cualquiera de la habitación.. Y de pronto.. me di cuenta de que el "paisaje" que mis ojos estaban viendo era lo que era, y no otra cosa: una lata de cocacola negra. Sí. ¿Cómo ha llegado ahí, si quité absolutamente todo?

La respuesta no puede ser otra.. que por generación espontánea.

Digo yo, que la próxima vez podría estar llena, y no vacía. Así al menos me ahorraría bajar al Cepeda, y podría quedarme en casa, enfurruñándome porque no suelta la maquinita.

Lo cierto es que después de dos días, sigo sin quitar la lata. Y no precisamente por vagancia, o síndrome de diógenes.

=(

Fatiga


Pero la del sur. Esa sensación que.. sientes tanto asco que te dan arcadas.
Lo peor es cuando me da esa fatiga matutina, y pienso que en cuaquier momento voy a echar hasta mi primer potito.

Esta mañana, aún dormida, y tras colgar el teléfono, iba sentada en el asiento en que suelo sentame diariamente, mirando por la ventana, embobada con cada cosa que veía.

De pronto vino un hombre que se sentó a mi lado. Era ese tipo de personas, que se creen que todo el espacio es suyo, y abre sus piernas y brazos formando un ángulo de 180º.
Yo, con mis piernas ya empotradas en la pared, veía que su brazo también rozaba el mío. Y da igual cuantas capas de rosa lleve, o que lleve todo mi pelo hacia el otro lado entre mi cuerpo y la ventana. Siento tanto asco que me empotro más en la pared del bus, tanto.. que creo que en cualquier momento voy a atravesar el cristal.

Pero eso no era lo peor.. Lo más peor era lo mal que olía. Pfff.. sólo recordarlo, me da arcadas.
El tipo olía a comida congelada. Pero no.. comida congelada que acabas de freír.. ains, ojalá ¬¬'
Olía a cuando es tarde y tienes hambre, tienes ganas de comer algo rápido y fácil de preparar, y que sea poco sano. Entonces abres la nevera y ves la bolsa de croquetas congeladas o san jacobos. La abres, para coger su contenido, y sientes el olor del contenido de la bolsa. HORRIBLE.

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Entre que no tenía espacio para respirar (porque todo lo abarcaba él), y el hedor del tipo, sentía tanta fatiga, tantas arcadas, tanto asco, que pensé que si vomitaba, sería sobre él.


Luego vi por la ventana a una señora en la calle, con un gorrito rojo, y una camiseta blanca. Pensé que iba disfrazada de gallo, ya que tenía una especie de flequillo de color rojo. Luego me di cuenta de que era teñida, sin más.

sábado, 13 de marzo de 2010


Iría a recogerte, si supiera cuando sales. ¿Te importaría que suene Ismael en el coche? ¿Te importaría si conduzco muy despacio? ¿Te importaría si a la vuelta paro en algún lugar desconocido e inhabitado para ver la oscuridad de la noche? ¿Te importaría si poso mi mano sobre ti mientras conduzco? ¿Te importaría sonreírme? Eres preciosa, siempre te lo he dicho, porque siempre lo he pensado.



En otro tiempo, y en otra ciudad


Los días van pasando. Y sin razón aparente, todo pasa. Hoy sábado no es lo que fue el lunes, ni el martes, ni el miércoles. Pero sigo teniendo el mismo trabajo por hacer.

Extraño, sin motivo para serlo. Y sin nada que decir. Sólo es que me apetece salir a tomar un café, con alguien como tú, o como tú, y quizás como tú. No sé si alguna vez lo hicimos, pero sería muy agradable.

Hace frío fuera y dentro: hay la misma temperatura.

Hoy preparé una comida que me recordó mis días en Slovenija, comiendo en el Bachus (por el tipo de comida, no porque fuera mi sitio favorito).

Extraño el Roxly y su vista al castillo. Y el restaurante del piano y su sopa de cocodrilo. Y la nieve sobre uno de los puentes de los tres puentes. Extraño pasear por la calle, envuelta en mi abrigo polar, oyendo la música de la gente paseando, teniendo la sensación de que voy caminando por un país extranjero donde nadie habla mi idioma. La vida que había tras mi ventana. Las montañas que rodeaban la ciudad, cuyos picos estaban escondidos entre las nubes. El saber que siempre había alguien en la 711, en momentos como éste.

Ya no hay nada de eso.. Abrir los ojos tarde, con el sol reflejado en los pisos de enfrente. Sóla en casa, en la habitación. Despertarme sintiendo frío, y quedarme despierta un buen rato en la cama mirando las fotos, y haciendo sonar el móvil de estrella y círculo. Mirar la hora y pensar que lo único que tenía que hacer en todo el día era hablar con ella. Sentir la libertad en su estado más puro..
Pero el recuerdo de haber sentido todo eso.. y sentirme bien porque he sido una de las pocas afortunadas que pueden llegar a sentirlo.. es algo que nadie me arrebatará, jamás.

Jamás.

jueves, 11 de marzo de 2010

V modra

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Me preparé un té, con el ritual de este año.. Nueva tetera, nueva taza, nueva vida.


Ismael Serrano lleva tres días acompañándome. "..sigues pareciendo la chica más triste de toda la ciudad..", acaba de sonar, y un escalofrío me ha recorrido la espalda.
Y no puedo evitar acordarme de ti cada vez que oigo alguna de sus melodías. Eso me gusta, me hace sentir un poco más acompañada.

¿Sabes? A veces echo de menos. A veces extraño y necesito. A veces miro y parece que estoy ciega. Es tan frágil que no quiero defraudar, ni decepcionar, ni entristecer.
A veces me arrimo a ti, aunque no lo sepas. No es mi intención, ni arrimarme, ni que lo sepas. Y aunque me dé grimilla, me encantaría que estuvieras a mi izquierda, prometería no poner caras feas.

Tráete el juego. Y un papel. Y la sonrisa si quieres tráela puesta, será agradable.

Yo tan sólo quería decirte que a ratos echo de menos tu compañía. Porque aunque no sepas, y no sé.. tú sabes, y yo sé. Y eso basta.

Basta.

Para ti.. Para que sonrías.


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martes, 9 de marzo de 2010

....

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"..y éste iba a ser el año.."

Pensó, mientras escribía una fecha cualquiera, y escuchaba alguna melodía..



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Día equivocado


Iba caminando por el pasillo, pelo suelto, bata verde, boli en el bolsillo de la etiqueta, y móvil en el bolsillo derecho. LLegando a mi destino, me giro para abrir la puerta, y veo a la señora. Siempre sonriente, siempre arreglada, siempre estupenda. Qué envidiable, pienso siempre.
Yo la miré levemente, apenas empiezan a conocerme, y nadie me mira como si fuese otra cosa además de una lapa de la señora de bata blanca.
Pero ella me sonrió, justo cuando dejaba de mirarla. Me miró con una sonrisa agradable y amistosa. Y mientras pensaba en ello, posó su mano sobre mí, a modo de saludo cercano.
Di media vuelta. Y seguía sonriéndome, pero ya la llevaban hacia alante, por su camino, y apenas vio la ternura que sentía , y mostraba mi mirada.

Pero entré, y dejé de pensar en ello. Ya tan sólo podría recordarlo como algo tierno y agradable, que me hizo sonreír.

Luego fui(mos) al comedor. Y una señora que creo que nunca vi me llamó.
"Nena, nena! Rapaziña!! Nena!! Non cortes o teu cabelo! O tes moi longo e moi bonito, rapaziña!"

Volví a sonreír. Pero me fui, y dejé de pensar en ello. Ya tan sólo podría recordarlo como algo tierno y agradable, que me hizo sonreír.
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