La verdad es que no hay ni una sóla persona en este lugar que valga la pena recordar. Son todos unos farsantes, y se escudan en sus grupos para ocultarlo. ¡Perdedores! Aquí todos son unos perdedores. Y la verdad es que cada día que vengo a este instituto, es un día menos que tengo que volver.
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- Además.. aunque pudiéseis conmigo, los otros os matarían.
- ¿Hay otros?
- No.. yo estaba fuera, sólo estás tú.
- ¿Eso crees? ¿De verdad crees que soy el único que hay? Entonces hazte esta pregunta: ¿Has tratado a alguien con desprecio en clase o le has rechazado? ¿Has roto con alguien en el tiempo que se tarda en escribir una nota y desaparecer? ¿O has hablado mal a sus espaldas? ¿O sencillamente le has ignorado, demasiado preocupado por un partido, un baile de fin de curso, o una venta para el club de estudiantes? ¡Haceros esa pregunta! Y luego decidme si hay alguien más ahí fuera.
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- El instituto acabará algún día. Pero luego quedan muchos más días. ¿No puedes ver más allá? ¡Sólo restan 700 días!
- Ya.. ¿y cuántos de esos días van a devolverme? ¿Eh? ¿Van a devolverme los días que me escupieron? ¿O el día que aprendí a bajar la vista cuando recorría los pasillos? ¿Y qué pasa con el día que mi padre vino a buscarme y me estaban dando una paliza, y vio que su hijo era un perdedor?
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Una vez me pasé un día entero en el instituto sin que ni una sóla persona me mirase o me hablase. Y me di cuenta de que era el mejor día que había tenido en mucho tiempo. El día en que nadie se fijó en mí, el día en que dejé de existir. Ese fue el mejor día.
Pero fue muy deprimente, así que me fui a casa y tomé un antidepresivo. Luego tomé otro. Y luego por diversión, 12 más. Dos semanas después cuando volví a clase, nadie se dio cuenta. Como si nunca me hubiese ido.
Supongo que esa es la ventaja de no existir en absoluto, ¿verdad? Nadie te echa de menos cuando te has ido.
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