Palabras de madrugada

He tocado la nana, para ti. Varias veces. Las penúltimas fueron de cara a tu foto. Y las dos últimas mirándote fijamente a los ojos en ella.

Antes de eso, quise hacer muchas cosas. Primero quise dormir, pero luego eso me parecía una pérdida de tiempo.

Luego miré la guitarra, y pensé que hacía mucho que no tocaba para ti.. un par de días, entonces hice lo escrito antes.

Y sentada como una jipi de cara a la pared mirándote y con la máquina de ruidos aún entre mis brazos, deseé hacer algo.

Pensé en dormir, pero eso me seguía pareciendo una enorme pérdida de tiempo. Dormir quita tiempo de la vida, y si voy a levantarme tarde me acueste a la hora que sea.. puedo aprovechar este rato para hacer cosas más productivas que dormir. Total.. si ni siquiera mis sueños merecen ser soñados. Y las cosas que pienso hasta que consigo dormir tampoco merecen ser pensadas.

Así que miré el libro posado en la cama. Me sigue pareciendo un libro emo. Pero voy a leerlo igual.. Voy por el principio aún. Quizás dentro de un par de páginas no sea emo, y sea más yo.

No me apetecía leer. Tampoco ver otra peli. Y no sé más cosas bonitas que pudiera tocar con la guitarra. Así que la solté tras tocar la 6 en el 9, y miré al puzzle, aún con el plástico.

He deseado hacerlo, montarlo entero. Me daba igual si tardaba 15 minutos o 15 días. Sólo quería hacer el puzzle sentada en el suelo, y no levantarme hasta acabarlo. Pero ni lo he tocado.. ya que no estás tú para hacerlo conmigo, tal como prometí.

Volví a mirarte en la foto, miré las otras fotos. Quise arrancar una. Quitarla de mi pared, romperla en mil pedazos, y escribirle una carta o un e-mail explicándole por qué no me apetece tenerla en mi pared. Pero ahí sigue. Me planteé mucho poner esa foto. Bueno, y la otra también, aunque ésta al final no la pegué en la pared, la he dejado por ahí posada. Supongo que para cada vez que la vea, me diga a mí misma: “Sí, no la has pegado, recuerda por qué”. (Es ahora cuando me acabo de dar cuenta de eso, curioso). Pero en la foto de la pared salgo feliz, bueno contenta, bueno.. sonriente, sin más. Yo no era feliz en aquella época. Que a decir verdad.. yo no sé cuándo se hizo esa foto, en qué época, me refiero. Pero sé que no era feliz, porque sólo ahora he sido y soy realmente feliz. Y no me he hecho esa foto en la época actual. No.. Yo no sonreiría tanto con ella en esa foto. Y no volvería a pisar esa casa. “Ahora ella quiere verte y despedirse de ti”, “Ahora ya es tarde”.

Pero luego volví a pensar en ti. Y entonces supe lo que me apetecía hacer: quererte. Con o sin asca, charlando, bailando, acariciando, besando, mirando, en la cama, frente a la tele bajo la manta, en las escaleras cerca de Obradoiro escuchando la gaita, en la mesa, o en las estrellas. Sólo quería quererte, y no me importaba la manera. Pensé escribirte una carta.. pero tardaría en llegarte, y yo quería que lo supieras ya. Y no podía llamarte, claro. El tiempo verbal en el que escribí la segunda frase de lo que leíste por la mañana al despertar, se refiere a los minutos exactos de la noche anterior (un ratín antes de cuando escribía esto), y también a la época actual, a los días, los meses, los años.


¿Jugamos a los Sims?


Ya sabes lo que te.
=)