Hay veces en las que odio.
Hay otras veces en las que no tengo fuerza para odiar. Ni para llorar. Ni para frustrarme.
A veces solo siento cansancio. Y pena, mucha pena, pero menos que cansancio.
A veces las cosas son tan absurdas que son excesivamente fuertes.
Otras veces me planteo volverme creyente y aferrarme a la confianza en dios, pues, a veces, él es quién más confianza me inspira.
También existen algunas veces en las que simplemente deseo suicidarme.
"Noches."
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