Un vacío. Un vacío muy grande, enorme. Yo miro y miro. Miro, y sigo mirando. Sin dejar de mirar. Y por más que miro.. no veo absolutamente nada.
Nada.
Todo está vacío ahí dentro, y ahí fuera. No hay lágrimas, ya se gastaron. No hay sonrisas, no se fabrican. No hay futuro, ni pasado. No hay presente porque no hay vida. No hay vida. No hay nada.
Ni una sombra, ni un leve sonido de algo lejano. Ni un camino, ni un asiento ni vehículo. Ningún pie.
Solo hay oscuridad. Un color negro asfixiante. Ahogador, cegador, agonizante. Una negrura oscura que me envuelve tanto y me abraza tanto, que no consiento que me abandone.
Es un color, al fin y al cabo.
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