Era un secreto: consumí más sonrisas que cervezas sentada delante de ella. (Cualquier absurda excusa servía para disfrazar un "vengo solo porque me apetece verte". Absurdo, y poco honesto.)
Brilla. Como si fuera ella la estrella. Como si de pronto se apagaran todas las luces y el sol, y solo brillasen luciérnagas. Como el fuego de una hoguera en medio de un círculo de jipis que dejaron de tocar entrada la madrugada, y le observan como símbolo de sencillez y belleza; y como si yo fuera toda ese gente (ad)mirándola.
Brilla, como los ojos de una niña manchada de chocolate relamiendo su helado.
Como el corazón de una sorprendida en su fiesta sorpresa de no-cumpleaños. Como un sueño cumplido.
Brilla.
Como si no lo supiera.
*
- ¿Sabes por qué pasa eso? Porque los postres van al corazón.
Ahora entiendo por qué tantas ganas de comérmela a besos.