LLegó.
Con restos de beso en la comisura, y su olor empapado en el pelo.
Con la mano guardada en su bolsillo para no caer, mientras el semáforo corta el beso ladeado.
Con su sonrisa en la retina y su risa tras la oreja.
Con los miedos y las ilusiones.
Con dos años y medio de espera.
Con todo.
- Qué?
- Nada..
- Qué?!!
- Eres muy bonita.
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