Hace tanto frío fuera que caen gotas de agua por dentro de mi ventana. La luz parpadeante ahí fuera, como la vida, y una ventana que por primera vez no me gusta, no me atrae, no me llama, pierde el sentido, y el tiempo.
La misma pared, que me persigue, que me traigo con los mismos sentimientos que se pegan a la pared de mi alma.
Porque entre estas cuato paredes, las mismas de siempre, a veces blancas, a veces azules, a veces amarillas, y siempre, siempre naranjas, alguna vez nieva.
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