..el veneno es la luz.. y la sombra mi caché..

..el veneno es la luz.. y la sombra mi caché..
..siempre quisiste tocar el cielo con la punta de los dedos sin que el sol te quemara las alas..

miércoles, 2 de mayo de 2012

"Sin nombre"

Sacó su bolsa de tabaco de liar, un filtro, y un papel. Sonaba algo de música indefinida a lo lejos, seguramente en casa del algún vecino o vecina. Quiso prestarle atención, pero no podía fingir que le importaba oír aquella sintonía que no parecía agradable.

Comenzó a liarse, lenta y cuidadosamente, el pitillo que más tarde se iba a fumar, tarareando una melodía cualquiera, mientras usaba de base el tictac del reloj de la esquina, como para intentar que el tiempo se desvaneciera entre sus dedos, junto altabaco.

 Al acabar, paró un segundo, y posándoselo en los labios, se acercó aquel mechero regalado y encendió el cigarrillo, pensando con nostalgia en aquella persona que le hizo ese regalo. Dio una calada a modo de suspiro, y se acercó su guitarra, acariciándola con mimo y respeto.

Pasó su dedo sobre las cuerdas haciéndolas sonar una vez, como avisándola de que se preparase, y dio de nuevo otra calada, con la mirada perdida buscando un tictac que le volviera a la realidad. Pero posó el pitillo en sus labios, exactamente en el lado derecho de su pequeña boquita, y sonrió levenmente acordándose de ella. "Esta manía suya a la que yo también me acostumbré.. Vaya, ¡qué será de ella! ¿Seguirá tan guapa como siempre? ¿Será feliz?". Y se perdió en el recuerdo de su amiga, que tanto tiempo estuvieron unidas, y tanto la quiso.

 Se decidió a tocar aquellos acordes, sin saber por qué, ya los sabía, ya inventó aquella melodía una tarde gris de otoño, y sin saber por qué, hoy sus manos le incitaron a tocarlos de nuevo. Y las palabras parecieron salir como si ellas se hubieran puesto de acuerdo en inventarse y organizarse, y darle compañia a esa triste melodía sin letra.

El pitillo se consumió en ese cenicero que no recordaba de dónde salió, y el tiempo de pronto parecía que iba lento y a la vez muy rápido. Se mareó, y cayó al suelo, sin fuerza, amortiguando la caída de la guitarra. 

El fuerte golpe de la cabeza la despertó, y la vio escribiendo frente a esta cutre pantalla aquel sueño de lo que pudo haber sido en otra vida, o de lo que le habría gustado ser en ésta.

Y con sus despojos, acabó este texto.  

No hay comentarios: