Hace mucho tiempo, oí a alguien decir que "todos, absolutamente todos, tenemos algo que contar". Normalmente suelo quedarme atrapada entre lo que puedo contar, lo que debo contar, lo que quiero contar, lo que me gustaría contar y lo que me permito contar. Pero siempre todo lo encierro en el cajón de lo que bajo ningún concepto no puedo ni podré contar.
Haré un esfuerzo grande, yo sé que lo estoy haciendo. Y espero que A. también.
Soy adicta a las series, adicta, adictísima. Puedo pasarme noches seguidas sin dormir únicamente viendo series. Actualmente sigo 18 series a espera de nuevos capítulos, y no pierdo el hilo de ni una sola. Y si tienes una recomendación, la sumaría a mi lista.
Me encantan los libros de cuentos infantiles. Y el batido de fresa natural, lo adoro.
Odio cocinar, pero me hace mucha ilusión crear algo nuevo. Me da vergüenza admitir que algo me sale rico, porque me parece totalmente increíble, de no creíble. Me siento orgullosa de saber cocinar, aunque eso es un secreto. Como todo lo demás. El helado es mi perdición, en cualquier época del año y hora del día.
Soy muy muy muy maniática. Y aún más perfeccionista. No desordenes mi desorden porque me enfado. Y soy muy borde, aunque más sensible aún. A veces lloro de tristeza y de alegría al mismo tiempo. Nunca duermo con la persiana hasta abajo del todo, porque me asfixio. No me gusta dormir, es una pérdida de tiempo.
Odio que una persona me toque si no la soporto. Y odio aún más tener que soportar a una persona que no soporto. Me da repelús, y más sabiendo que en cualquier momento me puede tocar, o intentar ser amable, o hablarme. Lejos. Fuera.
LLevo de todo en el bolso. Y siempre escribo LL y CH en vez de Ll y Ch (excepto cuando escribo a mano), porque también son letras y lo reivindico. Como mis calcetines y mis pendientes. ¡Gracias D. por entenderlo!
Soy más fuerte de lo que creía. Pero más débil que nunca. Quiero mucha miel, y muchas abejas. Seguro que son preciosas. ¡Y muchas flores! Pero no sé si tengo agua para regarlas.
Me gusta pintarme los ojos. Y los vestidos, aunque esto sí que ya lo sabías :)
Y siempre, siempre, tengo un pañuelo en la mesita de noche, preparado para cuando llore.
Y sobre todo, lo más importante que debes saber, es que quiero poder contarte todas estas chorradas, y te rías conmigo. Pero más aún me gustaría escuchar las tuyas.
"¿Cuándo te viene bien?"
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