"Me gusta la gente que me sorprende", te dije. Como si hubiera sido consciente en ese mismo instante de un hecho tan real como absurdo.
Me gustaste tú, desde que me di cuenta que existías. Y me gusta la gente que existe, que está y que es. Pero sobre todo, que me sorprenden por cómo son.
Por todo lo que llevas dentro, que es un mar de misterio que no es misterio, sino falta de tiempo que aún queda.
Por ese brillo en la mirada cuando hablas de las cosas que te emocionan.
Por la fluidez arrítmica de una conversación sin fin ni comienzo.
Por la sonrisa, grande.
Y ese es el tipo de personas de las que me gusta rodearme, de las que estoy cerquita. Porque me gustan, y me apasionan.
Eso es lo que yo llamo Magia.
Y tú lo eres.
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