Sexo,
del de verdad.
De parar a beber para recuperar la tensión y poder continuar.
De oír de fondo una super canción de mierda y reír a carcajadas, sin poder parar.
Que el sudor, la saliva y el flujo se confunden.
En el que sus gemidos se mezclan con los tuyos y no sabes si eres tú o te has convertido en ella.
De tener agujetas en partes del cuerpo que no sabías que existían.
De cuando follar y compartir se convierten en sinónimos.
En el que la honestidad y la torpeza hacen de lo peor lo más mejor.
De tú y yo,
por ejemplo,
porque sí.
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