Yo ya gané en el momento en que duplicó la sonrisa.
Me miraba sonriente, escuchándome. Con esa mirada que tiene las personas que te escuchan con el corazón. Tal y como yo no podía dejar de hacerlo a ella.
"Espero que ganes tú."
Su dulce fuerza me provocó un escalofrío tan grande que la hubiera abrazado el resto de la noche y la semana y el mes.
Un paseo bajo la lluvia que moja hasta la ropa interior y enfría hasta los huesos, pero no importa.
Y mi estrella baila contenta.
Eres tan bonita... que voy a dejar de escribir.
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