Las despedidas nunca fueron nuestro fuerte,
me aprietas contra ti, yo finjo ser valiente
mientras me marcho y tú te alejas..
se cuela un trozo de tu voz en mi maleta.
Me he peleado tantas veces con el tiempo,
ni con paciencia y sensatez puedo vencerlo.
Apaciguando mi ansiedad
por encerrarlo todo en un solo momento.
Y ya no existe en mi reloj el tiempo,
tengo un puñado de segundos que cambiaré por tus primeros.
Tú juegas a veces a esconderte
entre las teclas de un piano, entre los ojos de la gente,
entre las palmas de mis manos.
entre las palmas de mis manos.
He contenido ya tres veces el aliento
porque imagino que la brisa es tu susurro.
Oigo tu risa en cada risa,
tu olor en cada una de mis melodías.
Y ya no existe en mi reloj el tiempo,
tengo un puñado de segundos atrincherado en tus momentos.
Y tú juegas a veces a esconderte
entre mis huecos, mis aristas,
acariciándome por dentro.
Y ya no existe en mi reloj el tiempo,
tengo un puñado de segundos que cambiaré por tus primeros momentos.
Tú juegas a veces a esconderte
entre mis huecos, mis aristas,
acariciándome por dentro..
acariciándome por dentro.
Y ya no existe en mi reloj el tiempo,
tengo un puñado de segundos que cambiaré por tus primeros momentos.
Tú juegas a veces a esconderte
entre mis huecos, mis aristas,
acariciándome por dentro..
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