"Y esto. Y esto otro también. Ah, y no te olvides de esto, y esto. Sobretodo de esto, ¿eh? Pero esto."
Me cansé. En mi cabeza resonaban las palabras como un eco mientras caminaba por la calle, odiando a mi alrededor. Seguro que pensé aquello de "conversaciones vacías" (ahora ya no puedo evitarlo). Pero entonces, hubo un enorme silencio en mi interior, incluso en la calle. Todo se paralizó de pronto. Y el silencio me dejó oír la melodía de la canción más hermosa del mundo que venía desde lejos.
Sonreí. Y me adentré en la jungla de la calle, y corrí hasta un sitio donde pudiera sentarme y escuchar.
Me miraba de vez en cuando, me sentía incómoda, me sentía melancólica, me sentía bien; me sentía.
Pasaba la gente, algunos cantaban al pasar, otros iban con prisa y parecían no escuchar, otros hablaban por teléfono aparentemente ajenos al mundo; pero la mayoría se detenían a darle algo a cambio de un simple "gracias".
Me miró cantando "muchacha de ojos tristes". Me sentí incómoda, preguntando "¿cómo osas tal atrevimiento?". Pero me sentí relajada pensando "sabe que estoy aquí, dejándome acompañar por su música y su presencia".
Desee oír una canción, que milagrosamente cantó a continuación. Y me emocioné. No quería irme. Me decía a mí misma "una canción más, y me voy". Pero no podía. Algo me tenía ahí anclada. No podía irme tarareando ninguna melodía. No podía llegar a casa, y escuchar a Vetusta o Portishead. No podía sentarme y no oír nada. Escucharle a él era lo único que me apetecía.. y en ese rato me sentí más acompañada que los dos días en casa. (Aquí es donde pienso otra vez lo de las "conversaciones vacías", ¿no? Pues eso).
Así que tras un largo rato, pasando frío sentada en un poyete, rodeada de gente que pasaba a mi alrededor, escuchando melodías casi mágicas.. Decidí que debía marchar, aunque no quisiera..
- Gracias.. :)
- A ti =)
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