..el veneno es la luz.. y la sombra mi caché..

..el veneno es la luz.. y la sombra mi caché..
..siempre quisiste tocar el cielo con la punta de los dedos sin que el sol te quemara las alas..

martes, 26 de enero de 2010

Unos minutos


Notaba la presencia de la noche como si le estuviera abrazando.


LLegé, la miré, olí su esencia, y me senté junto a ella. No dejaba de mirar al infinito, con la mirada perdida. Estaba sentada en aquella especie de precipicio, con las piernas colgando: parecía que no era consciente de dónde estaba.

Sus manos tocaban el suelo, y mantenía una pose derecha, firme.
Parecía tan segura, que nadie notaría sus manos temblorosas. El balanceo de sus piernas hacía que su cuerpo se moviera, y ella más se asustaba. Pero aún así no dejaba de hacerlo. Cada vez se movían más y más rápidos. Extendía las palmas de las manos, y parecía que intentaba agarrarse sin conseguirlo. No se atrevía a pestañear, a pesar de que sus lágrimas asomaran a sus ojos hace tiempo.

Sacó pecho, como inclinándose hacia el infinito, echó la cabeza un poco hacia atrás, y puso sus pies como si estuviera bailando en puntas sobre el vacío.

Entonces, rompió a llorar. Y grito tan fuerte que nadie, absolutamente nadie pudo oírla.

Silenciosa, y casi sin moverse, se quedó sentada con su espalda erguida, sus manos apoyadas en sus piernas que balanceaban levemente, y su mirada baja, simulando que veía todo lo que había millones de metros más abajo.

Sonrió. Y continuó con su vida, con la mirada baja, pero mirando hacia el infinito, en silencio, sin moverse.



Unas 10 horas (quizás segundos) después me miró, y me dijo con simulada indiferencia "¿Qué? Sólo quería sentirme viva unos minutos".

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